David el Mago, No es fácil explicar cómo llega uno a ser mago. Es una de esas profesiones que cuando un niño plantea todo el mundo piensa: ya crecerá. Bien, pues a mí de pequeño ya me gustaba la magia, pero nunca había tenido la ocasión de aprender hasta que a los diecinueve años todo cambió.
Acompañaba a mi madre al hospital porque debía hacerse unas pruebas para operarse y, por esas casualidades de la vida, junto al hospital había una tienda de magia.
Después de pasar un buen rato con sólo mirar, vi un papelito que anunciaba un curso de magia con Mágicus y me apunté.
Lo realizé un año más tarde, viendo que la magia debía ser mi profesión, fui a la Asociación de Magos de Barcelona (Sociedad Española de Ilusionismo).
En los primeros meses una amiga en comú, me presentó a una persona que ha sido muy importante para mí y es el, responsable de mi crecimiento como mago, Adan Show.
Durante los dos años siguientes, el mago Amílcar me enseñó todas las destrezas en cuanto a las palomas y otras técnicas de nivel avanzado.
En estos momentos empecé a hacer apariciones como David el Mago en programas de televisión comarcales, fiestas… Hasta que llega un punto de inflexión en el que cambio mi residencia: me voy de Mataró para ir a vivir a Torroella de Montgrí.
En este período empiezo el proyecto con la fundación de magos solidarios Abracadabra, en el que actualmente soy el coordinador de Cataluña.
Paso de ser un mago amateur a convertirme en profesional, lo que se corrobora con las distintas apariciones en TV3, el Periódico y otros.